27 de marzo de 2012

Para leer con paraguas

A mi me gusta soñar,
soñar no cuesta nada
aunque debo que tener cuidado
que de tanto soñar
el sueño no comience a pesar,
no por lo material
sino por lo pesado
del sueño que no se cumple jamás.
Quiero soñar, por ejemplo,
que tu adiós no fue verdad
no me quiero comprar
esa despedida forzada,
y cada día paso
soñando con tu llegada.
Y luego bajo del cielo
a la tierra de la intemperie,
donde no hay paraguas que me ampare
de esta lluvia que no escampa.

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