31 de enero de 2012

Confesiones de verano

Una vez te perdiste
y ya no sabes como volver
al camino de piedra,
en el que estuviste ayer.
Ya no sabes como zafarte del agua,
que te llega hasta la espalda,
no sabés como mantenerte a flote.
Y ya no sabés como hacer pie.
No sabés de donde viene esa marea
que te retuerce y te voltea en el lecho del río,
tan profundo que ya nadie puede ver
como de a poco se te va la vida de los ojos,
como perdés lo que eras antes
sin obtener algo más;
como perdés el sentido,
sin encontrar otro camino...
y es que la brújula hace tiempo se te rompió.

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