5 de enero de 2012

Sirena

Tengo la convicción de que no existes 
y sin embargo te oigo cada noche 
te invento a veces con mi vanidad 
o mi desolación o mi modorra 
del infinito mar viene su asombro 
lo escucho como un salmo y pese a todo 
tan convencido estoy de que no existes 
que te aguardo en mi sueño para luego. 


Mario Benedetti

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