El alquimista

Anoche pense en vos.

Y hoy a la mañana me senti estupida al verte caminar por fuera de la cafeteria hasta la puerta. Yo sabia que tenia que llamarte, era solo cuestion de marcar para que todo vuelva a mi cabeza, a ser como antes. Cuando te vi ya me habia olvidado de la angustia del sueño de anoche, un lamento interminable de mi inconsciente. No pude en reproducirtelo con lujo de detalles porque mi mente en realidad estaba pensando que sabía que ibas a aparecer. En realidad no era el orden estipulado por mi. Hubiera sido: mamá "¿vas a comer aca? ya me voy yo, si queres anda a Sandomeni, que hay pan caliente" yo "bueno" (pienso en vos, en que a veces vas); despues en algun rincon del camino veo tu nombre, escucho una canción de Calamaro o de Radiohead para hacerlo aún mas ironico; comer mirando por la ventana y recien cuando salgo te veo en la otra calle, ahogandote con un libro o todavia dormido sin café. Pero el tiempo se adelanto 15 minutos, y resulto en un encuentro casual previamente planeado. Hablamos del día anterior y lo que me habias dicho sobre el buen año que habias pasado. Cuando terminaste de tomar el cafe, tenia la esperanza de que salieramos juntos y me acompañaras al trabajo. No me di cuenta que era algo obvio, que de esta si que no habia vuelta atras. Si se me cruzaba por la cabeza, por algo seria. Por ser como sos y querer hacer las cosas a destiempo, tuvimos que parar en la panederia dos cuadras despues para comprar borrachitos recien sacados del horno. Mientras yo hablaba vos comias. Se nota que estaban ricos porque no paraste hasta terminarlos. Y la sonrisa de "panza llena corazon contento" se te dibujo en la cara. Fue entonces cuando te conte del momento de mi vida donde no comprendia esa frase, porque para mi era a la inversa, era "corazon triste y estomago vacio". Se que, aunque no me lo hayas dicho, mi explicacion te llego mas hondo de lo normal. Tambien te dije que ya habia pasado todo. Esque a veces, leemos el final de los libros antes de leer lo demas. En la estacion de servicio, el tiempo se detuvo. La calle se paralizo. El colectivo que doblaba quedo suspendido en el aire. El auto que salia del cargar GNC miraba atonito la fila de autos que estaba detras del remis que esperaba tontamente a que el colectivo doble. Y nosotros, en la esquina, sin saber que hacer. Gracias por abrazarme, darme un beso, susurrarme al oido un "te quiero" y resolver el problema de ese simple... momento de indesicion.