14 de julio de 2014

Paraíso perdido

Podrían tus ojos no rimar,
no bailar con el viento
cuando me ven llegar.

Qué gran verdad del deseo
añorar lo que no tengo.

Gira mi cabeza
y solo puedo pensar
en el trigo en primavera,
en tu cuerpo al despertar.

Retrátame bien
en tus sueños, al menos;
recuerda mi rostro
este rostro cansado
que no te pudo fascinar.

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