26 de noviembre de 2011

Mucho mas grave!

No es esa linda y generosa bahía,
mas bien, la mitad de una calle donde se pierden las miradas
pero no se olvidan
y será que, en el puerto uno siempre espera decir "adios"
y quiere simplemente no recordar ese momento,
no volver atrás, 
tener la libertad de poder borrarlo, todo, de la memoria
el barco, el vapor, el rumor de las olas, el salitre que queda en los labios y en el casco del barco,
la gente saludando, los pañuelos, las lagrimas, las flores,
y lo que eso significa, la despedida, el hasta siempre o el hasta nunca.
Y una calle,
es lo que uno ve todos los días,
es con lo que espera encontrarse al salir de la casa
lo que se vuelve cotidiano,
necesario,
indispensable
como los semáforos para ordenar el transito,
el caos de la ciudad para saber que no se esta solo
sino que se esta vivo y aunque no lo quiera siempre acompañado,
y espera que las cosas sean exactamente así
y jamás de otra manera.
Algo que se repite, algo que nunca acaba
puede que cambie algun color, una fachada
pero la calle nunca se termina.
Esto es así, una calle ruidosa, desordenada, multitudinaria, de todos los días
y no un puerto ordenado, solitario, de una sola vez y nunca mas.

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