2 de octubre de 2014

No correspondido

No llego,
no te alcanza;
trepar la montaña
nunca descansar;
así de abrumador se siente
solo el escucharte hablar.

Desesperanza perfecta

tanta fragilidad;
mucho cuerpo
muchas alas;
¿por qué no podemos volar?

¿Dónde me escondo

de tus ojos negros?
déjame
tu alma desnudar;
piel de lirio
eterno vacío;
y yo apenas
un niño de ciudad.

¿Nunca te han dicho

tal vez al pasar
lo intrigante que es el río
que parece por tu cuerpo viajar?
Fluidez
frescura;
bañado en ese río
quisiera despertar.
Arrástrame hasta tu lecho
río ardiente
indomable
déjame hundirme
y morir así
antes que seco,
y si ti.

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