16 de octubre de 2014

Nada más

Nada más violento que la calle que se para una villa de un rascacielos. Porque no es solo separación física, sino moral, económica y social. La calle inmiscuida, entrometida en la disputa entre las dos caras de la sociedad de "qué mal que estamos" y que a su vez cree que el progresos son edificios blancos, vidriados, altos, enrejados a la vera del río.
Nada más violento que ir caminando por el parque y de repente la ciudad se termina, implosiona en un conjunto de gente que renuncia a ser ciudadanos a cambio de un deck de madera con pileta detrás de un muro frente a la playa, con el correr del agua murmurando, interminable, nuestros nombres y nuestras historias, con el color del sol y de la luna, agua que lava nuestras penas y se las lleva hacia el mar. 
Nada más violento que una calle separe una ciudad de otra en el mismo territorio.


2 de octubre de 2014

No correspondido

No llego,
no te alcanza;
trepar la montaña
nunca descansar;
así de abrumador se siente
solo el escucharte hablar.

Desesperanza perfecta

tanta fragilidad;
mucho cuerpo
muchas alas;
¿por qué no podemos volar?

¿Dónde me escondo

de tus ojos negros?
déjame
tu alma desnudar;
piel de lirio
eterno vacío;
y yo apenas
un niño de ciudad.

¿Nunca te han dicho

tal vez al pasar
lo intrigante que es el río
que parece por tu cuerpo viajar?
Fluidez
frescura;
bañado en ese río
quisiera despertar.
Arrástrame hasta tu lecho
río ardiente
indomable
déjame hundirme
y morir así
antes que seco,
y si ti.