Nuestra existencia es endeble:
somos de barro.
Nos llovemos (lloramos) un poquito
por dentro,
y ya cambiamos.
Esa humedad de la lluvia/llanto, nos obliga a formarnos nuevamente.
Pero somos dos, y nos formamos mutuamente.
Nos moldeamos con nuestras manos de barro frías,
y nos amoldamos a nuestros mutuos espacios:
tus manos así en mi cintura
mis manos así en tus piernas.
A veces, en la sequía,
nos endurecemos un poco
pero el sufrimiento en tus ojos
siempre nos hace reinventarnos,
desde lo hondo,
riendo,
y también rogando
que ese cascote de barro
que se formó en tu pecho
se termine rompiendo
con mi llanto
esperando
que todo el amor
te humedezca
y te reinvente
nuevamente
sin tanto dolor.
somos de barro.
Nos llovemos (lloramos) un poquito
por dentro,
y ya cambiamos.
Esa humedad de la lluvia/llanto, nos obliga a formarnos nuevamente.
Pero somos dos, y nos formamos mutuamente.
Nos moldeamos con nuestras manos de barro frías,
y nos amoldamos a nuestros mutuos espacios:
tus manos así en mi cintura
mis manos así en tus piernas.
A veces, en la sequía,
nos endurecemos un poco
pero el sufrimiento en tus ojos
siempre nos hace reinventarnos,
desde lo hondo,
riendo,
y también rogando
que ese cascote de barro
que se formó en tu pecho
se termine rompiendo
con mi llanto
esperando
que todo el amor
te humedezca
y te reinvente
nuevamente
sin tanto dolor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario