El cartel

Todos mienten, por lo que no se sintio mal cuando puso en el letrero de afuera horario 24 hs. Total, ¿ quien mide las horas, los minutos o los segundos?
Trabajaba en una estacion de servicio del casi centro, donde todo el mundo iba gente a comprar las cosas mas insolitas, de las que te olvidas en casa y lo primero que tenes abierto a las 2.20 pm es esa estacion. No tenia empleados aprate, era el unico que trabajaba, por eso ya tenia algunos conocidos, como el señor de las siete y veinte que tomaba cafe, o los estudiantes a veces salian temprano y tomaban helado o comian papas. Al mediodia casi nunca iba nadie, por el calor y la siesta, y se dedicaba a leer libros de la biblioteca del deposito, los que terminaba el mismo dia que empezaba. Un dia, a eso de las cuatro, entro un hombre. estaba seguro que lo habia visto alguna vez entrar y comprar caramelos, pero hubo un tiempo que el repositor enfermo, y solo tenia caramelos feo, supuso que por eso el no habia vuelto. Pero ahi estaba, comprando de nuevo, y el queria saber porque. Despues de todo, cuando uno trabaja 1439 minutos en un lugar le gusta sentirse en contacto con sus clientes, o a lo mejor a el le gustaba sentirse en contacto y por eso trabajaba ahi. Pero a veces, en esos sueños, se despegaba de la realidad y la veia caminar entre el polvo y el smog y entrar ahi, posarse debajo de la luz y simplemente ser. En estos momentos la realidad se volvia irrisoria, absurda. Ya no importaba si habia o no caramelos, si los estudiantes tenian o no clases. Y cuando despertaba se reprochaba si mismo, trabjando mas contento y amable por un rato, en señal de queja consigo mismo. Y esque sus ojos no eran suyos, eran de su fragmentado interior turbado, que no hacia mas que inventar imagenes de mujeres, o de una sola, para justificar su presencia. Sus ojos lo engañaban, como engañan los ojos a todos los ilusos o a los que esperan ver, para ver lo que ellos quieren. Sus ojos anhelaban ver esa figura de 60 segundos que se posaba entre sus manos, de 11.59 a 12.00, cuando el lugar cerraba y el finalmente despertaba del delirio para vivir esa maldicion de tenerla solo una vez al dia.