Lloremos desde adentro y desfrivolizemonos.
Lloremos por el corazon, las tripas y el cerebro, los pulmones, los musculos, las manos y los pies, la boca, la nariz, las mejillas. Porque llorar solo por los ojos no sirve de nada.
Por el pelo, los dedos, el estomago, los dientes, la espalda, la garganta, la saliva y las uñas, las pestañas, la piel, las venas y los intestino. Lloremos y de verdad, que el dolor salga hacia afuera, no solo por conveniencia. Lloremos porque lo sentimos, porque estamos tristes.
Lloremos porque no hay aire en nuestro pecho, solo angustia, abatimiento, confusion, soledad, se nos inunda el pecho, se nos infla y clama que lo desagotemos, que lloremos y lloremos hasta secarnos, hasta ver caer la ultima gota y que lo que sentimos haya abandonado momentaneamente nuestros cuerpos que yacen debiles y entumecidos, adormecidos, frios....
Lloremos porque existe la magia, porque existe un sentimiento que de a ratos nos llena y nos hace mostrar los dientes, reir, sentir que nada puede salir mal, que nos hace estar bien con todo el mundo y nos entrega el tesoro mas grande del mundo para que lo sostengamos con las manos, lo guardemos, y cuidemos con recelo, creemos que nadie nunca podra quitarnoslo... si, lloremos porque eso existe, pero tambien existe un sentimiento mucho mayor.... si, porque cuando llega la tristeza arrasa con todo, no deja nada en pie. Nos vacia por un lado y nos asfixia por el otro.
Y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Es angustia, frustracion, dolor, dolor.... Si, lloremos porque eso existe, porque es eso lo que nos hace llorar.
Somos de hueso, sangre, piel.... y llorar nos hace recordarlo
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