Alucino que llueve
y también
que no hay más de diez centímetros
entre tus labios y mis labios.
Sueño que los truenos
retumban en la mitad de la noche
y también
que retumban tus caricias en mi viente desnudo.
Delirio con rayos que golpean y parten la tierra
y que tus susurros y besos en mi oído
rompen la quietud de mi sueño de verano.
Invento que el viento
vocea aires de tormenta en la ventana,
y que el ventilador apenas puede apagar
el incendio de nuestro abrazo.
Fantaseo con el aroma de la tierra mojada
y con el aroma de la habitación:
dos cuerpos que se funden en una sola existencia.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2bSOeEt5UdG07ryc4S5iFLCTybNmdNYuGHvvI4y5lzEfIIOYzHvt9sh7wqL4Vhjv1J-29Jn72SPJVLerBoLR1oKubx0Xa6eR8F90wjwck-OPzRVmfzCJ64XZrdeps8DJNcssQVBjP8rc/s1600/galaxy-girl-hipster-photography-pretty-trippy-Favim.com-75825.jpg)
que no hay más de diez centímetros
entre tus labios y mis labios.
Sueño que los truenos
retumban en la mitad de la noche
y también
que retumban tus caricias en mi viente desnudo.
Delirio con rayos que golpean y parten la tierra
y que tus susurros y besos en mi oído
rompen la quietud de mi sueño de verano.
Invento que el viento
vocea aires de tormenta en la ventana,
y que el ventilador apenas puede apagar
el incendio de nuestro abrazo.
Fantaseo con el aroma de la tierra mojada
y con el aroma de la habitación:
dos cuerpos que se funden en una sola existencia.
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