Le decian el chico de las medias, porque nunca las llevaba puestas a menos que tuviera zapatos.
Era tal su obsesion con llegar a arruinarlas si tocaban el piso, si se impregnaban del sucio polvo que merodeaba como un enemigo en toda la casa que directamente no las usaba.
Era perfeccionista en muchos sentidos. En la distancia que quedaba entre su escritorio y la cama, por ejemplo. O en la cantidad de galletitas que le dejaba comer a su hermano despues de la comida, ni una mas, ni una menos. O en la forma de recorrer cada rincon de la habitacion con la aspiradora, asegurandose de no dejar ni un centimetro sin aspirar.
Nunca llego tarde. Ni al dentista. Siempre cepillaba sus dientes 33 veces arriba y 33 abajo. Y se enjuagaba la boca dos veces. Se bañaba a las diez de la noche.
Sus notas eran perfectas, pero para el. Solo obtenia la nota que queria, porque si uno tiene demasiados 10 cae mal. Y tenia tres perfectos amigos a los que trataba perfectamente igual, sin ningun condicionamiento. Era igualmente fiel a los tres, aunque a veces se le complicaran las cosas. Y era un excelente hijo, en la medida que podia serlo. Travesura por aca, travesura por alla, pero siempre en la medida justa.
Y tenia un perro al que sacaba a pasear todos los dias, sin olvidarse nunca de acariciarlo o darle agua o de comer.
Leia un libo por semana. Lo empezaba un lunes y lo terminaba un domingo. Y veia una peli nueva cada fin de semana.
Y cada fin de semana escribia una nueva carta de amor para su novia, porque tenia una novia, a quien amaba perfectamente. Pero para eso no tenia medida.